martes, 16 de julio de 2013

Capítulo 9: Problemas.

No entendía nada de aquello, ¿Cómo era posible lo que me decía? Mi tía era tan solo una humana, no podría estar metida en aquellos líos por mucho que quisiera, era imposible.

—Pero... me quedé con las palabras en la punta de la lengua cuando el timbre sonó, debíamos entrar a clase.
—Luego hablamos, Georgia. asentí.
Entré al edificio y fui corriendo a la cafetería que seguía llena, busqué a Liam con la mirada y le vi saliendo por la otra puerta, corrí gritando su nombre e intentando que me escuchara, pero estaba lejos. de repente una chica apareció por mi derecha mientras corría para alcanzar a Liam y se chocó contra mí derramando el contenido de su bandeja sobre mi pelo. Me dirigió una mirada de odio y noté como si mis pulmones se secaran y no dejaran pasar el aire, mi estómago estaba contraído, y sentía un dolor inmediato de cabeza, que me provocaba nauseas. Una chica castaña se acercó a esta y le posó la mano en el hombro, se miraron por un segundo, entonces la primera chica se fue, no antes sin pisar mi mano con su punzante tacón negro. La chica castaña me extendió una mano, sus ojos verdes eran amigables, como todo su ser.
—No te tomes muy a pecho lo que ha pasado, ella..., es así —dijo mientras tiraba de mí para ponerme en pie.— Soy guarda de pasillo, no te preocupes, vamos al baño, te cambias y luego preparo un justificante para el tutor de la clase a la que faltes, ¡Lu, acompáñanos!
Una chica de pelo oscuro y ojos azules con una carpeta llena de papeles desordenados apareció a nuestro lado, salimos de la cafetería y fuimos directas al baño.
—Mi nombre es Dianne, estoy un curso por debajo, es un honor conocerte en persona Georgia Legendre.
—Emm, gracias.—dije con cierto tono dubitativo.
—Yo soy Lucy, puedes llamarme Lu. Estoy en tu curso.—me dedicó una sonrisa tímida.
Dianne abrió su mochila y comenzó a sacar cosas, una caja de pañuelos, una camiseta, un par de pantalones, un sujetador, un cepillo de pelo, un maletín de maquillaje... era como si esa mochila no tuviera fin. Me ofreció una camiseta gris y unos vaqueros de pitillo.
—Entra ahí, date una ducha y ponte esto.—dejé la ropa junto a mi mochila, me dio un bote de champú de hierbas y entré a la ducha.
El agua estaba fría pero me valía igual, me relajé completamente mientras el agua caía sobre mi piel y quitaba los restos de pasta y ensalada de mi cabello.
Alcancé una toalla que Lucy ofrecía por encima de la puerta y me sequé con ella. Salí y ellas ya tenían una especie de salón de belleza montado. Me sentaron en uno de los bancos del baño y comenzaron a secarme el pelo y a peinarlo.
—¿Qué se siente al ser una persona tan importante?
—¿Importante?—pregunté.
—Sí, en nuestro mundo eres así, en los subsuelos, en los bosques mágicos que hay tras el abismo, desde que llegaste a McKinleyville estas en boca de todos los habitantes... mágicos.—Aclaró Lucy.
—Ya, pero... yo no estoy familiarizada con la magia, bueno, familiarizada por mi familia, pero antes de llegar no sabía nada de esto.
—Oh, en ese caso... bueno ya estás peinada. limpia y vestida. Lu, saca los justificantes de pasillo y prepara uno a nombre de Georgia Legendre.
Firmó un justificante a nombre del guarda de pasillo y me senté junto a la puerta del aula esperando que terminara la clase y nos fueramos a la siguiente. Liam salió el primero de clase nada más sonar la campana.
—No las soporto más, estas humanas se pegan como las babosas.
—Si no fueras un ángel buenorro no te acosarían como lo hacen.
—¿Crees que soy un ángel buenorro? —sus mejillas se volvieron coloradas.
—Pues claro —Las chicas comenzaron a arrollarlo y lo empujaban por el pasillo mientras se peleaban entre ellas por sentarse a su lado. —¡Nos vemos en clase! —grité a Liam antes que desapareciera.
Louis salió de clase, me saludó con la mano y dejó de hablar con el chico que le acompañaba, era rubio y tenía aspecto de ser menor, además de que mediría un poco menos que yo.
  —Era un amigo, creo que podrá ayudarnos con el asunto de mi hermana y tus amigos.
—Genial —hice una mueca.
Puso su mano alrededor de mi cadera y tiró de mí por el pasillo, en menos de dos minutos estabamos en el piso mas alto del edificio, en frente de clase. Ocupé un asiento al lado de Louis ya que una rubia gigante me había quitado mi asiento junto a Liam.
—¿Por qué faltaste a la anterior clase? No sabía que te fueran las pellas...
—Oh no, no hice pellas, tuve un problema pero mira —le enseñé el papelito firmado —. Tengo justificante.
—En ese caso bien.
Esta clase era diferente, no habían mesas separadas sino una gran fila de pupitres altos que rodeaban toda el aula. Las paredes estaban cubiertas de instrumentos de todas clases. La profesora entró en clase y de un grito nos hizo callar a todos. Sonrió y se presentó como la señora Collins, departamento de música.
—Bueno, ya sé que sois mayores, ¡último curso ni más ni menos! Peeeero —su tono de voz era tan agudo que mareaba —. Mi costumbre es que todos mis alumnos se presenten cantando.
—¿Cómo? ¿Canturreando nuestro nombre, edad y color favorito cual preescolar? —dijo un chico de pelo oscuro en cresta, con tatuajes rodeando todo su brazo.
—Cállese señor Jonhson. Bueno, no, no se calle, usted va a presentarse el primero y cantará igualmente el primero.
  El chico abrió la boca para quejarse pero Collins le echó una mirada sebera y él comenzó a decir:

—Mi nombre es Steve Jonhson, nací en Kansas y voy a cantar "Welcome To The Black Parade" de My Chemical Romance.
—Excelente, comience.
Unas chicas de origen asiático se levantaron y cogieron unas gitarras eléctricas mientras Steve comenzaba a cantar desentonando completamente y todos nos uniamos para hacer los coros de la canción y dábamos palmas. Así con cada uno que salió, algunas chicas salían en grupo y cantaban como tal, supuse que estaban en el coro. Louis resultó tener una voz magnífica y Liam cantaba bueno... Como los ángeles, así debía cantar. La clase acabó, apenas había sentido vergüenza cuando canté "Imagine" y me habían aplaudido y vitoreado. Me reuní con Louis a la puerta de salida.
—¿Qué fue eso? —dijo riendo.
—¿El qué? —di una patada nerviosa a una piedrecita.
—Lo de clase, cantaste como... Para hipnotizar...
—Anda ya, bueno, tú tienes que contarme, aun hay cosas que no sé ni sobre mí misma, y creo que tú sabes bastante para iluminarme...
—Esta noche paso a recogerte, será tarde, espero que sigas despierta.
—Ahí estaré, esperando tu llegada desde el balcón. —Nos despedimos con la mano y salí corriendo hacia casa.

2 comentarios:

  1. Holaaaa soy nuevaaaa lectoraaa y me encanta esta super interesante sube pronto porfa besos Crazy mofo

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    1. Holaa :) Me alegro de que te guste el blog, y gracias por comentar, un besito <33

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